Con motivo de la celebración del Día de las Asistentes de Ancianos de la SSVP, el 12 de agosto (día del nacimiento de Santa Luisa de Marillac), es que el Hogar Amor de Dios, decidió invitar a la Hermana Elena Arancibia, Hija de la Caridad, a dar una charla sobre la vida y obra de esta santa que ha sido elegida como patrona que protege e inspira la vida y trabajo de las asistentes.
La Hermana Elena contó que “no podemos dejar de admirar y reconocer en Santa Luisa de Marillac valores que en su tiempo eran poco comunes en una mujer. Lo que nos lleva a amarla en su grandeza tanto por su bondad hacia el sufrimiento, como también por su acción caritativa hacia los más necesitados”.
Luisa de Marillac nació en 1591. Fue hija de madre desconocida y de un noble quien le proporciona una formación de excelencia. A los 15 años, desea entrar al convento de capuchinas, debido a que siente la necesidad de ser una religiosa, pero la disuaden debido a su delicada salud. Al morir su padre y, a instancias de sus tíos, Luisa se casa con Antonio Le Gras (secretario de la reina), con quien tiene un hijo, llamado Miguel Antonio.
Luego de varios años, el señor Le Gras muere –santamente en sus brazos-, y desde entonces, Luisa decide entregarse totalmente a Dios. Francisco de Sales se convierte en el guía espiritual de ella y la encamina a Vicente de Paul.
La hermana Elena, agrega que “Luisa de Marillac se convierte en la principal colaboradora de Vicente, fundando conjuntamente las Hijas de la Caridad, un camino radicalmente nuevo de vivir la vida consagrada femenina en su tiempo. Ella es una mujer de carácter sencillo, sensible y profundamente cristiana. A través de Vicente siente que el sentido de su vida es entregarla por los más necesitados y por sus hermanas. Así vivirá su vocación y su entrega a Dios. Juntos y unidos a un sinfín de personas, serán como un río que lleva el agua del amor e inundará gran parte de la sociedad de su tiempo y llegará hasta nosotros”.
La actividad de Las Hijas de la Caridad – congregación religiosa católica femenina dedicada al servicio corporal y espiritual de los pobres enfermos-, es sobrehumana, hasta que Luisa cae abatida, el 15 de marzo de 1660. Vicente de Paul también cae enfermo y muere 6 meses después que ella.
Luisa de Marillac “con sus palabras pero sobre todo por su forma de actuar, intentó abrir al respeto de cada persona, ayudándoles a descubrir bajo las apariencias, la dignidad de los pobres, respetando y trabajando con las Hijas de la Caridad en pié de igualdad”, afirma Sor Elena.
Al finalizar la charla, la hermana invitó a las asistentes del Hogar Amor de Dios a seguir siempre lo enseñado por esta santa, para luego terminar cantando una canción que compuso cuando estuvo destinada en una escuela de Punta Arenas, y justo para una de las celebraciones de Santa Luisa de Marillac, se le pidió a todos los colegios un conjunto de canto. “Con los alumnos de octavo, les hablé de Santa Luisa y les pedí que escribieran lo que más les gustó de ella, y con eso elaboré el canto”, finaliza la hermana.
Canción de Sor Elena:
Una luz brilló para ti
Fue en el día de Pentecostés
Una luz brilló en tu vida
Te mostró el camino a seguir
Luisa lo siguió con ardor y fe
Junto a Vicente de Paul
Descubrió a Cristo en el pobre
Y con gran amor lo sirvió
Es la caridad y la humildad
De la tierra sobre el gran país
Las aldeas, campos y barrios
Los pobres, no pueden esperar
Es la caridad y la humildad
De la tierra sobre el gran país
Las aldeas, campos y barrios
Los pobres, no pueden esperar
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