Este 4 de junio, como familia Vicentina, clausuramos el Año Jubilar iniciado el pasado 4 de junio de 2023, al cumplirse los 400 años de la experiencia mística que vivió Santa Luisa de Marillac, y que ella misma la llamó la “Luz de Pentecostés”.
Esta experiencia es particularmente importante para la Compañía de las Hijas de la Caridad porque en ella se descubre claramente que su nacimiento y fundación surge de las entrañas mismas de Dios, uno y trino. El Espíritu Santo se lo revela a Luisa de Marillac, Ella escribe: "El día de Pentecostés oyendo la Santa Misa, haciendo oración en la iglesia en un instante, mi espíritu quedó iluminado acerca de sus dudas. Y se me advirtió que... estaría en condiciones de hacer voto de pobreza, de castidad y de obediencia, y que estaría en una comunidad en la que algunas harían lo mismo. Entendí que era esto en un lugar dedicado a servir al prójimo; pero no podía comprender cómo podría ser, porque debía haber movimiento de idas y venidas".
Esta luz, entrevista en 1623, se revelará poco a poco y se hará realidad, 10 años después, el 29 de noviembre de 1633, fecha de la fundación de la Compañía de las Hijas de la Caridad Nosotros como Familia Vicentina, a ejemplo de Santa Luisa de Marillac tenemos que dejarnos guiar por las luces del Espíritu Santo, sólo así podremos abrir todo nuestro ser en la búsqueda de la voluntad de Dios. En este tiempo de tantos desafíos y contrariedades, más que nunca somos llamados a caminar juntos en sinodalidad para acercaros a nuestros hermanos más pobres, descubrir las causas de la pobreza, combatirlas y tener el valor de defender la justicia trabajando por los derechos de todos, especialmente de los más vulnerables. Nuestra opción por los pobres en quienes vemos a Jesucristo, no puede quedarse en palabras, porque la fe sin obras está muerta. Amar es querer el bien del ser amado y trabajar por su bienestar con una acción generosa, totalmente gratuita, como gratuito es el amor que Dios nos tiene.
En este camino de la Caridad no hay lugar a equivocaciones porque en el pobre encontramos a Jesucristo. Esto lo vivieron los Fundadores y lo tradujeron en una acción caritativa bien organizada, en compañía de hombres y mujeres de su tiempo a quienes transmitieron su carisma.
Este Año Jubilar que cerramos nos lanza hacia el futuro con esperanza, para seguir afianzando vínculos de amistad y de familia en bien del carisma y de los pobres. Un Jubileo que en realidad se abre, que desafía a seguir viviendo bajo el impulso del Espíritu Santo.
Es por esto que el martes 04 de junio se realizó la clausura Eucarística del Año Jubilar por los 400 años de la Luz de Pentecostés de Santa Luisa de Marillac junto a la Familia Vicentina, participando estudiantes, apoderados, docentes y asistentes de las comunidades Educativas Vicentinas de Chile en la “Capilla Santuario Virgen de la Medalla Milagrosa” ubicado en la la comuna de Independencia, Santiago, Chile.
Pidamos a la Santísima Virgen, Madre de Cristo y Madre nuestra, que nos ayude a agudizar la mirada, como lo hizo Santa Luisa, a acercarnos a Jesús para que nos contagie de su amor por los pobres, que bendiga nuestros esfuerzos y que reciba las oraciones que hacemos cada día por nuestros hermanos que sufren.
Qué él Señor bendiga a cada una de las ramas de la Familia Vicentina y a cada miembro.
Que nuestros Santos Fundadores intercedan por nosotros y nos llenen de su espíritu audaz en la misión y caridad.