Misión post terremoto 8.2 Iquique Abril 2014




Llegamos a Iquique a prestar servicio en el Hogar de Ancianos de San Vicente de Paúl, Sor Bernardita, los profesores Rodrigo y Ángelo y, desde Pisiga, en Bolivia, Sor Anatilde. Nos esperaban Sor Miriam y Sor Ivonne, alegres y esperanzadas a pesar de las constantes réplicas del terremoto, que oscilaban entre los 5 y 6 grados en la escala de Richter y estando en un lugar que no contaba con agua ni luz.

El viernes  04 y Sábado 05: nos dedicamos a recoger escombros y hacer limpieza en el hogar, preferentemente en los dormitorios. En la tarde y noche preparamos los paquetes de alimentos, de caramelos y de útiles de aseo que entregaríamos a los damnificados.

Domingo 06: Participamos en la mañana en la Santa misa con las personas del sector. Luego en la tarde compartimos con los Abuelitos en el albergue, también  visitamos el Boro y la Negra en Alto Hospicio. Tuvimos la gracia  de poder repartir agua a una población que estaba recientemente entregada, de la cual quedaron todas las casas con averías y por largos días sin agua ni luz. Damos gracias al Señor que nos dejo servir.

Lunes 07: Pasamos a dejar a Sor Paquita en el albergue y saludamos a los abuelitos. Después visitamos en Alto Hospicio  a un campamento en toma; con una alta pobreza puesto que, al no tener una casa, no eran ayudados. Recibimos muchas caricias de Dios al ver a abuelos que estaban solos, los  que lloraron con nosotras al sentir que Dios los visitaba.  Y muchos niños sonrieron no solo con los caramelos que les entregamos, sino también con la alegría y el cariño que recibían de los misioneros.

Martes 08: Nos juntamos con la señorita Ingrid en Alto Hospicio, la cual nos llevo a algunos grupos de carpas donde entregamos víveres, útiles de aseo y caramelos. Estas personas manifestaron la alegría de que las Hijas de la Caridad las fueran a visitar. En la tarde visitamos a Don José, hermano de Sor María Morales quien nos acogió con mucha  alegría y muy agradecido de Dios porque no había tenido ningún problema en su hogar con el terremoto.

Miércoles 09: Continuamos visitando en el Boro  a los  damnificados en sus carpas y casas. Especialmente, logramos encontrarnos con algunos adultos mayores que no tenían la posibilidad de salir en busca de ayuda. Aún así, nos encontramos con un señor lisiado que irradiaba mucho optimismo y daba gracias a Dios a pesar de la inhóspita realidad que el vivía. En la tarde  buscamos  los sitios donde estaban reunidos algunos migrantes y luego,  fuimos a Chanavayita para darnos cuenta del estado de la casa de las Hermanas y también visitamos a Don Modesto Astorga, hermano  de la presidenta del Centro de Padres de la escuela San Vicente de Paúl de  Copiapó.

Jueves 10: Salimos a comprar algunos alimentos y útiles de aseo que  faltaban y visitamos a un grupo de migrantes colombianos en su trabajo, que es una peluquería. Fuimos recibidos por Carlos y Eduard, quienes tienen un grupo organizado para apoyarse  entre ellos, quedando en contactarnos nuevamente para visitar algunas familias afectadas. En la noche preparamos algunos paquetes de víveres, útiles de aseo y caramelos.

Viernes 11: Visitamos a un nuevo grupo de migrantes colombianos, trabajadores de un restaurant al que le llaman “La Tía”, donde nos acogieron con mucho cariño. Compartimos un buen rato con las mamás, a quienes les entregamos los alimentos y útiles de aseo. Disfrutamos con las caritas felices de los niños al recibir los caramelos. En la tarde compartimos con los abuelos en el albergue.

Sábado 12: Nos encontramos de nuevo con Eduar y Carlos quienes nos presentaron al Señor Santos, un colombiano que nos acompaño a visitar algunos migrantes en sus carpas. Les entregamos  alimentos,  útiles de aseo y caramelos; dialogamos un buen rato con ellos, quienes nos comunicaron todo el susto que pasaron y que llevo a muchos a quedarse en la calle, porque se les daño totalmente su pieza alquilada, muchos quedaron sin trabajo  al cerrarse la Zofri ya que esta quedo muy destrozada.

Domingo 13: Participamos con la comunidad y algunas personas de los grupos y vecinos en la Eucaristía del Domingo de Ramos. En la tarde nos dedicamos a organizar paquetes de mercadería  para entregar a algunas familias que nos quedaban. Se visitó también a los pescadores del puerto de Iquique, quienes nos mostraron sus botes destruidos por el tsunami y nos compartieron sus experiencias del día del terremoto. Luego dejamos cargado el vehículo  con los víveres y algunos otros paquetes para Pisiga.

Lunes 14: Viajamos a Pisiga para compartir con nuestras Hermanas y  algunos migrantes, quienes se hospedan algunos días en la casa de acogida  “Misión estar en Frontera”, que ellas tienen en el límite de Bolivia con Chile. Esto es por la dificultad que en su mayoría, tienen para entrar a nuestro país, al no tener toda la documentación que acredite su legalidad. Aquí reciben abrigo, alimento y un techo donde descansar.

Martes 15: Preparamos nuestro regreso a Copiapó, aprovechando de comprar en las tiendas que están en los alrededores de la Zofri, unos juegos infantiles para los alumnos y alumnas de Pre Básico. Al finalizar el día, se visitó al hermano de Sor María, de quienes nos despedimos y agradecimos su acogida en su hogar.

Nota:

Al visitar a los abuelitos en el albergue, hemos constatado que la situación que están viviendo es de hacinamiento, falta de los servicios básicos para un adulto mayor. Ellos se alegraron mucho al ver a las hermanas y misioneros, y nos compartían sus penas y la necesidad que tienen de volver con ellas al hogar.

Comprobamos el estrés y cansancio del personal el cual en un número reducido, se ha esforzado por hacer la estadía de los abuelos más confortante, su horario laboral   es muy extenso,  también  ellos  tienen muchas  necesidades, algunos de ellos, sufrieron el terremoto y deben subir y bajar a pie desde Alto Hospicio a Iquique. Destacamos el trabajo de los grupos voluntarios de la familia vicentina que sin ellos, los abuelitos estarían en peor estado de lo que ya están. Diariamente ha estado la presencia de una hermana entre los abuelitos, Sor Francisca ha escuchado sus penas y ha tratado de contenerlos en estos momentos tan difíciles para ellos.

En el Hogar hemos compartido y tratado de ayudar a Sor Miriam en este servicio, prestando apoyo en los traslados de donaciones, de las que se han perdido muchas por la falta de personal en el Hogar para recibirlas. El contestar llamadas telefónicas y estar atentas a la llegada de donaciones.

También ante las fallas existentes en el hogar, las filtraciones de agua y en el orden de los implementos de los abuelos en el área de kinesiología.

Destacamos la acogida de Sor Miriam hacia el equipo misionero, el que da gracia a Dios y los superiores y que nos han dado la gracia de vivir esta experiencias con los pobres y de conocer una realidad que creemos conocer y que, ante situaciones en que se requiere de esperanza y apoyo fraterno, se deja conocer, aprender de ella y preservar.

Finalizamos nuestra misión con un broche de Oro, participando en la misa Crismal en la Catedral de Iquique.

Alabado sea Dios porque siempre está alerta para cuidar a sus hijos los Pobres.





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